made with

perdone los errores

 


Abuso di potere
Todavía estamos en ese punto medio en el que empiezas a oler el “poliziottesco”, pero todavía es un poco incierto. Estamos en ese período en el que las películas de detectives sobre investigaciones mafiosas y confabulaciones están de moda. Y finalmente, nos enfrentamos a una película que combina bien estos elementos, anticipando en el título una de las piedras angulares del policía, a saber, el abuso de poder, uno de los puntos fuertes de los  comisarios de hierro. Aquí también vuelan bofetadas con guantes de cuero, hay interrogatorios que van mas lejos los derechos humanos, lo que nos da una muestra interesante de lo que harán los posteriores agentes del orden.
Y no solo eso, porque “Abuso di potere” habla de la difícil vida del comisario, de poderes oscuros y tiene un final que veremos muchas veces. Y también hay una escena, aunque breve, de persecución de coches.
Un buen capítulo, dirigido por Camillo Bazzoni, recientemente fallecido, hermano de Luigi, activo en el cine más como director de fotografía que como director. Una capacidad estética que es el punto fuerte de toda la obra con el comentario sonoro compuesto por el gran Riz Ortolani y que equilibra una historia a veces muy lenta, que adolece de no ser ni de un género ni de otro. Defectos a un lado, "Abuso di potere" es una película imperdible, un hermoso ejercicio de cine, que cuenta, entre otras cosas, con grandes nombres, que no defraudan las expectativas.
De Frederick Stafford, el comisario del que hablaremos, a quien recordamos por "Topaz" de Hitchcock, pasando por Marilù Tolo cuyo personaje muere casi de la misma manere que el que interpretó en “Confessione di un commissario di polizia al procuratore della repubblica”, y aun Franco Fabrizi, Reinhard Kolldehoff, Umberto Orsini, Claudio Gora y Ninetto Davoli.
La historia comienza con el periodista Enrico Gagliardi (Orsini), un reportero incómodo que investiga a la mafia y es asesinado. El caso all’inicio es asignado al comisario Resta (Fabrizi), despues pasa al más incisivo y controvertido Miceli (Stafford), quien, gracias a una llamada telefónica anónima dentro de las veinticuatro horas, tiene al asesino en sus manos. Buen trabajo. Pero Miceli tiene serias dudas sobre el motivo y los métodos del asesinato y comienza a investigar el caso. Sus investigaciones lo llevan a la mafia y al gran narcotráfico, mientras que sus rápidos métodos (ver interrogatorios) le crean algunos problemas como sus problemas personales con su esposa.