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Hausen
No hay rayo de luz, real o metafórico, en ninguno de los ocho episodios de "Hausen". Una pesadilla suspendida en el tiempo entre objetos de los ochenta y el euro, perdida en la oscuridad de un enorme edificio que remite a la construcción de la RDA.
De hecho, esta es la inspiración del director Till Kleinert, aquí solo como autor y creador con Anna Stoeva, quien en 1984 se mudó con su madre a un edificio enorme y lúgubre que aún no está conectado a la ciudad. La idea de la historia, sin embargo, surge en 2006 en la ola del "Hospital der Geister" de Lars von Trier, lo que le hace pensar en lo "agradable" que sería contar las ansiedades y vivencias de su infancia con una llave horror.
Y aquí está “Hausen” un producto alemán, de una Alemania que siempre parece poder proponer cosas bastante interesantes. Una serie esta, que ha desatado una interminable lista de posibles fuentes de inspiración y comparaciones desde "The Shining" a Lars Von Trier, pasando por Sam Raimi. La esencia de la serie Sky Original es precisamente esta, todo el mundo del horror desde casas malditas, fantasmas inquietantes y vidas vividas al límite, mezcladas y replanteadas en el escenario antes mencionado. Se puede objetar que "Hausen" en definitiva no es original, y es cierto, pero el resultado final es muy convincente gracias a la inquietud que genera, gracias a una narrativa que sorbe los hechos hasta el final. Excelente producción, que hace un gran uso de GCI y hace un excelente uso de la ubicación (un antiguo hospital de la DDR en Berlín), donde la dirección de Thomas Stuber puede dar rienda suelta a las pesadillas y la desesperación.
Tras la muerte de su esposa Jaschek y su hijo Juri, se mudan a una nueva casa, donde el hombre se incorpora al servicio como trabajador de mantenimiento. Inmediatamente se siente una atmósfera de desesperación entre los condominios que llevan vidas aparentemente opuestas. Los que intentan encontrar la dignidad burguesa y los que buscan la manera de salir adelante. Pero hay una cosa que une a todos: un extraño limo que brota de las tuberías y paredes y parece catalizar la vida de todos. Para bien o para mal.