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 365 días: Aquel día

Primera escena: follan. En una terraza panorámica. Siempre ellos, Massimo "siempre cabreado" Torricelli y Laura "la fría polaca víctima" (Michele Morrone y Anna Maria Sieklucka). Segunda escena, ella dice a una amiga que perdió al hijo de Massimo, debido a ese accidente al final de la primera película. Siguen lugares comunes sobre la mafia y sobre todo sobre los sicilianos. ¡Venga!

El segundo capítulo de la saga escrita por Blanka Lipińska, definible como las "50 sombras" de los pobres, podemos decir, que comienza con un estallido.

Está claro, desde el principio, que los directores Barbara Białowąs y Tomasz Mandes, entre el primer capítulo y este, no tomaron cursos de dirección y que retoman el estilo y las modalidades ya vistas en la película anterior.

Aparte de ser un rincón glamuroso de Sicilia, lo único bueno y correcto de toda la película, nos molestan todo el tiempo con una banda sonora espantosa formada por canciones inaudibles.

Algo bueno para los compositores que toman los derechos, pero créanme, escuchar es realmente pesado, especialmente porque colocan música en las escenas de sexo y fiesta y follan por nueve minutos en los primeros diez de la película.

El sexo, columna vertebral de toda la historia, está, como siempre, realizado de forma poco creíble y filmado de tal forma que solo deja a la vista el pecho del protagonista y algunas nalgas del macho Alfa.

Sin embargo, este no es el punto más bajo de esta película, pues la escena en el campo de golf entra en la historia del cine basura, con Massimo “el siempre cabreado” y ella con las piernas abiertas en el hoyo con él intentando mandar la pelota… Bueno... ¡adivinen dónde! Y la amiga que folla con otro mafioso tapado con comida tampoco está mal.

Dos escenas que me hacen pensar que se busca esta basura. Afortunadamente deseado. Porque no es posible escribir un guion así, en el que también llega otro amigo de la mafia que folla y luego se casa con otra polaca gélida amiga de Laura. No, de verdad, dime que todo esto es una broma. Y te felicito.

 

La historia, si se puede definir así, nos demuestra que entre un polvo y otro, nuestra Laura se siente un poco cerrada por Massimo "el siempre cabreado" que la protege de todo. Y aquí está el punto de inflexión. Tipo de suspenso. De los pobres.

Resulta que Massimo tiene un gemelo, Adriano, (también siempre cabreado) y este aliado con otros mafiosos se hace pasar por Massimo y se deja encontrar follando con otro. Laura se encabrea y se escapa con un jardinero siciliano llamado Nacho (no te preocupes, es de origen español). Y ella a menudo sueña follar con él. Claramente.

Sin embargo, este es un plan inteligente, del cual no diré más. Porque vosotros también tenéis que ver esta película absurda y cutre, con ropa deportiva, Ferrari, Porsche que parece gritar “¡Matemos a los pobres!”, que con tristeza esperan el tercer capítulo.