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perdone los errores

 


Poliziotto solitudine e rabbia

El bigote peinado. La mirada de alguien que está cansado de la vida. La lengua afilada de quien sabe decir lo justo en el momento justo. Y también hacer lo correcto. Todo el tiempo
Maurizio Merli, que no necesita presentación, se pone su placa por última vez para una coproducción alemana rodada por el buen Stelvio Massi.
Estamos en 1980, el poliziottesco ha terminado su pico, pero Massi se esfuerza mucho, partiendo de un título sabroso como siempre.
Pero la profesionalidad y entrega del director, que como siempre muestra buena mano, sobre todo en las escenas de acción, no alcanza para salvarlo todo. Las calles de Venecia, donde estalla la historia y un Berlín invernal, son excelentes localizaciones bien aprovechadas, que por lo menos le dan un toque original a todo.
"Poliziotto solitudine e rabbia" lamentablemente a menudo sufre de personajes y situaciones que son más que estereotipadas y personajes que son moteados.

Nick Rossi, es decir, el inflexible Merli, abunda en frases estereotipadas y de gran inteligencia. A su alrededor los tontos de siempre y la mujer de los malos, hermosa, pero básicamente buena, con una triste historia a sus espaldas.


Nick Rossi, un policía que ya no está en el negocio, ayuda a un amigo a proteger a un rico hombre de negocios que intenta comprar una fábrica de vidrio veneciano. Pero el hombre es asesinado. Así, el astuto Nick se infiltra en una banda base en Berlín, haciendo pasar al conductor del comando de asesinato por "Venecia".

En la ciudad alemana, siempre con métodos rápidos, lleva a cabo su misión.